miércoles, 13 de enero de 2010

Somos parte de todo.


Somos el germen vital en un mundo de deseos. Somos el deseo mismo en la plaza del universo. La propia vida alberga un mar de sueños en un océano de suspiros.
Cada uno es dueño de la estación de su tiempo. Tomar por origen la luz y por destino la verdad, tiene su calvario, pero también su ventura de espera a la esperanza.
Vivir sin deseo es morir a destiempo. Allí donde hay muerte, seas el deseo tú,
la energía que somos. Las ansias del surtidor de vida hará vida el amor,el amor que el mundo precisa para el instante preciso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario